Uno de los problemas más comunes que se presentan son las varices. Se trata de venas que se notan a simple vista bajo la piel, con color verdoso o azulado, y que suelen ser sintomáticas de otros problemas vasculares. De hecho, las molestas hemorroides son venas varicosas.
Las varices no sólo representan un problema de salud sino que son una enorme fuente de preocupación para las mujeres, ya que deslucen sus piernas, una de las zonas más grandes y exhibidas del cuerpo humano.
La formación de una variz es un proceso lento pero notable, ya que se produce a consecuencia del ensanchamiento progresivo de las venas. Éstas contienen un sistema interno de válvulas que a veces falla, y se produce un estancamiento del flujo sanguíneo en esa zona, con el consiguiente ensanchamiento.
El problema es más frecuente en personas con sobrepeso o con un estilo de vida sedentario, condiciones que suelen estar asociadas. Aunque parecieran ser un problema estrictamente femenino, los hombres también sufren varices, que suelen quedar ocultas bajo el vello corporal.
La prevención necesaria para combatir las varices
Como suele ocurrir con cualquier condición anómala en el cuerpo humano, no tiene ningún sentido iniciar un tratamiento si no se elimina o reduce notablemente el factor que lo causa.
Como hemos dicho, la vida sedentaria es un poderoso productor de varices. Así que hay que evitar pasar demasiadas horas en una misma posición. En los trabajos que se realizan sentado o de pie, hay que tomarse descansos periódicos para mover el cuerpo y permitir un correcto flujo de la sangre. También es útil alzar las piernas.
Es importante evitar las prendas de ropa excesivamente ajustadas, que hacen daño a la circulación. Toda acción que permita mejorar las condiciones de la circulación sanguínea será positiva para la resolución del problema de las varices, así como de las hemorroides.
Aceite de oliva para las varices
El aceite de oliva es un elemento muy común en cualquier hogar y muy fácil de obtener en los mercados. La buena noticia es que es excelente para ayudar a curar y prevenir nuevas varices. El proceso para utilizarlo con estos fines es el siguiente:
- Exfoliación: lo primero es exfoliar las piernas. Eliminar células muertas e impurezas permitirá a los componentes del aceite realizar su trabajo en el cuerpo. Para ello se puede usar una crema comercial o un exfoliante casero, fácil de preparar con azúcar, avena, leche y miel. La piel se nutre con tales tratamientos.
- Preparación del aceite: se calienta levemente el aceite de oliva en el microondas para entibiar. También se puede calentar un poco en el fuego o en la vitrocerámica, pero hay que dejarlo reposar para que la temperatura sea tolerable para la piel. Una quemadura con aceite es muy doloroso y deja una cicatriz difícil de disimular.
- Masaje: se distribuye el aceite en las manos, como suele hacerse antes de dar cualquier masaje, y se frota la zona afectada. Siempre en sentido ascendente; es decir, de los tobillos hacia arriba. Es importante que los masajes sean suaves y de forma circular para estimular el flujo sanguíneo.
Frecuencia: estos masajes deben hacerse a diario. Poco a poco las varices irán desapareciendo; primero se verá una disminución de su grosor y luego de su longitud hasta desaparecer por completo.
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